viernes, 25 de mayo de 2012

Latos Relatos (IV): El técnico

El hombre llevaba unos vaqueros negros ligeramente desteñidos, un polo azul claro con un prominente logo de una espiral formada por puntos desiguales en el pecho y el nombre de su empresa escrito justo debajo: “Electrónica H&W”. Empuñaba un maletín de herramientas en una mano y un Moleskine en la otra. Mascaba chicle con la boca abierta mientras miraba con cierta sonrisa de condescendencia a Aurora, la que empezaba a sentirse intimidada con su forma de mirarla.

Se encontraban en una enorme cocina reluciente como un sistema binario de soles. Encimeras de mármol, una gigantesca isla central de madera en forma de U, paredes y suelos revestidos de piedra natural y una iluminación bicromática que convertía la habitación en una simbiosis de fulgor y calidez. Los muebles eran de roble antracita de color oscuro, destacaban por la falta de tiradores que producía una armonía total, como si todo el conjunto se fusionara en una sola pieza vigilada por un plasma de cuarenta pulgadas que colgaba en el extremo opuesto de la sala.

- Señora, yo estoy aquí para arreglar electrodomésticos, no para dar clases particulares.