jueves, 27 de enero de 2011

La perceberancia del incrustáceo

¿Percibe un percebe que padece que parece que perece?

Esta pregunta que todos nos hemos hecho alguna vez en la vida tiene una clara respuesta, pero aún no sabemos cuál es.

Sin embargo podemos preguntarle lo que sintió un hombre de un pueblo de Cáceres llamado Demetrio, que sufrió un terrible episodio de dolor. Pescando tranquilamente en la orilla del mar, tropezó con una piedra en forma de dodecaedro regular que había semienterrada en la arena y al caer sobre unas rocas que sobresalían del agua se clavó un percebe en los genitales.

Demetrio intentó por todos sus medios deshacerse del pollícipe sin éxito, lo cual sólo provocaba que éste se introdujera más en la herida.


Finalmente acudieron a él los servicios de emergencia los cuales probaron todo tipo de métodos, agua caliente, alcohol, ácido sulfúrico, unas tenazas... pero todos ellos sin resultados.

Los expertos llegaron a la conclusión de que la única manera de acabar con su sufrimiento era quitar el "paquete" completo y le fue sustraído de manera quirúrgica, salvando de ese modo su vida y la del percebe. Demetrio sólo pudo comentar al término de los acontecimientos que "se sintió en todo momento impotente, pero ahora más".

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