Hola,
disculpa mi rudeza pero sé que no vas a creer estas palabras que te escribo. Soy tú. Te escribo desde el futuro... desde varias décadas en el futuro en realidad.
Alguien cercano a mí (a ti, a nosotros) obró este milagro a partir de complicados conceptos que, lamentablemente, están fuera de mi entendimiento. Basados en la capacidad de emitir partículas a través del tiempo con información contenida en las mismas que, localizadas de una manera que desconozco, pueden ser recogidas por ordenadores de tu época e interpretadas como un simple correo electrónico. Busca "taquiones" en internet y, aunque no te aclarará nada, sabrás que lo que te estoy contando sería posible con los adecuados avances tecnológicos y científicos.
He dedicado mucho tiempo a decidir qué podría decirme a mí mismo en el pasado. A fin de cuentas somos el mismo ser, pero a la vez completamente diferentes. Acumulo más años de experiencia que tú y ahora veo las cosas de un modo distinto, soy una persona más tranquila, más reflexiva y saboreo mejor cada momento. He perdido la inquietud y ya no me domina la impaciencia... aunque a la vez tengo más miedo de lo que me rodea, posiblemente porque con el paso del tiempo los sucesos me desbordan y tengo menos control sobre mi entorno.
La primera carta que escribí contenía una gran cantidad de información sobre mi pasado (tu futuro). Te avisaba de errores que cometerías y cómo evitarlos para que no pasaras por las mismas infelicidades que he vivido yo. Te adjuntaba información deportiva y bursátil que te hubiese permitido amasar una fortuna importante. Te exponía ideas que han ido surgiendo a lo largo de estos años y que te permitirían adelantarte a tu tiempo consiguiendo fama y reconocimiento. Era una auténtica lámpara de Aladino... que ahora reposa arrugada en una papelera.
Me maldecirás por no enviártela (lo sé, lo recuerdo), pero en mi defensa te diré que para escribir todas esas vivencias tuve que hacer recapitulación de toda mi vida hasta este momento, y lo que vi me gustó...
No quiero engañarte. Tu vida no será un camino de rosas, habrá veces que querrás tirarlo todo por la borda, cometerás errores de los que te arrepentirás toda la vida, pero he descubierto que las equivocaciones pasadas son la semilla de aciertos futuros.
Podría decirte cómo evitar desastres que acabarán con la vida de multitud de personas, sin embargo cargaría sobre tus hombros una responsabilidad pesada e injusta.
Podría contarte todo lo que se va a inventar, lo que la civilización va a avanzar, pero te robaría la ilusión y sorpresa que yo viví al contemplar cada novedad, cada avance hacia el futuro, cada nuevo descubrimiento.
Podría enumerarte las veces que te enamorarás... No en todas las ocasiones será para siempre, pero te levantarás muchas mañanas con una sonrisa y te acostarás muchas noches sintiéndote la persona más afortunada del mundo.
¿Sabes? Al final puedo decir que he tenido una buena vida. Me gusta la persona en la que me he convertido, en cómo me ven los demás, en cómo me he rodeado de gente a la que quiero y aprecio.
Así que discúlpame que al final esta carta no te aclare nada sobre tu futuro y que el único mensaje que te transmita sea que sigas siempre adelante, pase lo que pase.
Hasta siempre.
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