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| Granada's Fuera representando la obra: "La gallina Caponata cruzó la carretera" |
En la bella ciudad de Granada, nació uno de los hombres que más daría al teatro un esplendor que había perdido, el célebre autor Darío Esplendor Perdido, hijo de los famosos actores Darma Esplendor y Edmundo Perdido. Darío creó maravillosas obras propias en las que, tras múltiples repasos por parte del autor, observó con mucho pesar que en realidad no eran ni propias, ni propias para el teatro. De modo que dedicó muchos años a la escenificación de obras largamente olvidadas, tarea que conllevó tediosas jornadas de trabajo para poder recordarlas.
En cierta ocasión, encontró un manuscrito que había sido conservado en el tiempo dentro de una cámara frigorífica y que, tras largas indagaciones, resultaba ser un viejo poema de amor titulado: “Viejo Poema de Amor” cuyo autor había guardado como envoltorio de un sándwich de queso. El manuscrito contenía manchas de aceite mezcladas con la tinta dejando el papel emborronado y casi ilegible. De modo que mediante un proceso de restauración lento y laborioso se consiguió eliminar la tinta dejando intactas las manchas. Aun así se conservaron en el papel dos versos de la obra que decían así: “Tíreme a una papelera, mantenga limpia la ciudad.”
En su siempre constante investigación de obras olvidadas, Darío contó con la inestimable colaboración de la hermana de su padre, Olvido Perdido, que poseía el don de la memoria eidética. Olvido recordó un antiguo poema cuyo título rezaba: “Padre Nuestro que estás en los Cielos”, que fue descartado por Darío profesando su cerrado ateísmo con la célebre frase: “no puedo adaptar al teatro esta obra porque no hay dios que pueda hacer el papel principal.”
Darío creó una compañía de teatro alternativo a la que llamó: “Fuera de Granada”, aunque buscando un nombre más comercial lo tradujo al inglés, quedando definitivamente denominado como: “Granada’s fuera”. A dicha compañía perteneció su hijo, Sinónimo, que compartió siempre los gustos de su padre por el teatro. Éste a su vez procreó a Antónimo que no conciliaba con la devoción de su padre y su abuelo por los escenarios. Siempre se mantuvo en contra de los gustos de sus ascendientes hasta que su madre, Metáfora, lo convenció exclamando: “¡No!” a lo que Antónimo respondió: “Pues entonces sí”.
Antónimo entró a formar parte de la compañía de teatro relanzándola por completo con una obra que él mismo descubrió entre abandonadas publicaciones cuyo título era: "El sueño de una noche de atípico e infernal calor preotoñal", creado por el entonces desconocido autor "Andy Trueman".
A continuación se reproduce el libreto del polémico segundo acto:
[Se abre el telón. Entra Conspicuo y muestra una mueca de dolor en la mitad superior de la cara con una expresión de inusitada sorpresa en la mitad inferior]
CONSPICUO [mirando al público]: ¿No es verdad ángel de amor...? ¡No!
[Empieza a presentar un cuadro espasmódico en la pierna izquierda que a lo largo de veinte minutos se acaba contagiando al resto del cuerpo. Conspicuo no suelta una palabra excepto para gemir aleatoriamente varias veces y emitir una desagradable baba por la comisura de los labios. (Nota del autor: Se puede añadir algunos tics con objeto de acentuar la tensión, siempre que no deriven en sobreactuación.)]
CONSPICUO [gesticulando]: ¡Un mala tarde la tiene cualquiera!
[Conspicuo cae al suelo. Entra una mujer completamente desnuda con un cartel blanco en letra Helvética a 36 puntos en el que se lee "Ha muerto." La mujer recorre el escenario de derecha a izquierda despacio y mirando hacia arriba.]
NARRADOR [con voz lúgubre]: El fin está cerca... como a diez minutos del centro...
[Se baja el telón]

1 comentarios:
Me ha recordado a Les Luthiers, buenísimo, una paranoia, pero buenísimo.
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